02 enero 2010

Los buenos propósitos...

Cuando llega el nuevo año (casi) todo el mundo se propone dejar de fumar o asistir más regularmente al gimnasio (como propósitos habituales y más "sencillos") y otras personas se plantean metas más ambiciosas y a largo plazo (como si dejar de fumar no fuera suficiente y difícil para los que no lo han conseguido).

No me gustan los buenos propósitos y los deseos de Año Nuevo. Creo que hay que hacerse planteamientos y metas constantemente, a medida que lo necesitemos o lo creamos oportuno. Nunca he creído que un simple cambio de hoja de calendario (en este caso de calendario anual entero) implique una revolución. El que está enganchado al tabaco el día 31, lo sigue estando el día 1, y lo dejará o no, cuando quiera, sea 1 de enero, 30 de abril o 25 de noviembre. El que tiene pereza para ir al gimnasio (yo mismo, sin ir más lejos), la tiene el 3 de febrero, el 8 de mayo o el 23 de septiembre. El que quiere ponerse a estudiar y terminar aquello que dejó colgado, realizar el viaje que siempre soñó, llamar a su ex-pareja y charlar un rato de lo que pudo ser y no fué o tomarse una cerveza con aquel amigo cuya relación se ha enfríado, lo puede hacer en cualquier momento, no hace falta que sea 1 de enero.

Tengo la sensación que estamos regidos por fechas de índole comercial: el dia de Sant Jordi, el día de los enamorados, el dia de la madre y del padre, la Navidad (fiesta cristiana, por cierto, y no comercial), etc...


Algunos días concretos, te diviertes por decreto
No quiero tener que ver con todo esto. (como decía la canción de Danza Invisible).


Bienvenidos vuestros buenos propósitos hoy y siempre, pero sin que sea el calendario quien los marque sino vosotros mismos y vuestras aspiraciones y sueños. Basta de bobadas y de buenos propósitos de año nuevo. Son cansinos y empalagosos.

Yo le deseo felicidad, salud, amor, trabajo y todo lo bueno, a los que quiero, todos los días del año, no el día "que toca".

Feliz 2010, por cierto.