28 junio 2011

El ajedrez

Hace 2 años y medio que he vuelto a jugar a ajedrez. Mi hijo Joan se apuntó a clases en el Club d'Escacs Mollet y me tocó ir a una reunión informativa con los padres. Lógicamente, me acerqué dispuesto a escuchar lo que iban a hacer y el funcionamiento. El presidente, Paco, sagaz y hábil, preguntó para encontrar padres "motivados" y "cómplices". Claro, si algún padre sabía jugar o tenía nociones, que lo dijera. Yo, lógicamente, había jugado en mi (lejana) infancia a ajedrez. Él me recordaba (tenemos la misma edad, con unos meses de diferencia) del Santa Perpètua. Y, de ahí, a volver a federarme y jugar el Campeonato de Catalunya por equipos, transcurrieron 3 meses.

Siempre me gustó. Me fascinó con 7 u 8 años, cuando un tío mío me enseñó a mover las piezas y, poco después, le ganaba (casi) siempre. De ahí a incorporarme al Club de mi pueblo, poco tiempo. Jugué entre los 8-9 años y los 14-15 con regularidad todo tipo de torneos pero nunca tuve la paciencia de estudiar mucho. Creo que mi presunta inteligencia la dediqué a otras cosas, como los estudios, sin ir más lejos. Me daba cierta pereza y, para que engañarnos, a los 14-15 te empiezan a gustar las discotecas y pubs y, en mi caso, pinchaba discos regularmente (otra afición de la que habrá que escribir otro día).

Después de casi 25 años de inactividad casi total a nivel competitivo, me enfrenté en 2009 al reto de jugar con el Mollet "B" en segunda provincial. Me cayeron ostias por todas partes. La falta de práctica, de conocimiento ya no de las aperturas y defensas, sino de las reglas más elementales (desarrollo rápido de piezas, enroque o aseguramiento del rey, mejora de piezas, elaborar un mínimo plan...) hizo que me cascaran por todos los flancos (de rey y de dama). Así, caí más de 100 puntos de ELO y, con ello, a la dura realidad: seguía siendo un "paquete", pero con 25 años más. Me inscribí a un par de torneos de verano, en el grupo hasta 2000 de ELO FIDE. El ELO es la evaluación que los ajedrecistas "sufren" en base a sus rivales y a sus resultados. Para entendernos y simplificar, ganar a un rival superior te da más ELO que a uno inferior y perder con uno inferior te quita más ELO que contra uno superior. Empatar (tablas) te da o quita según el rival, pero menos. Hay otro factor que es la "k", y que va ligado al número de partidas jugadas. Cuanta mayor es la "k" más ELO ganas o pierdes. Encima, en mis primeros meses, me aplicaron la "k" 25, la máxima, y mi debacle en ELO fue estupenda, por decirlo elegantemente.
Pero en Sant Martí 2009 pude volver a competir y jugar alguna partida decente, pero con mayoría de desastres. Con la moral un poco baja, sólo jugaba "bien" a rápidas de 5 minutos, algo que siempre se me ha dado bien.

Empecé a estudiar, de nuevo. Tomando clases con un Maestro Internacional, Luis Rojas, que es el maestro de nuestro club. De los niños, y de muchos adultos. Al no tener tiempo para ir a las clases generales (en horarios de "funcionario" o de persona que vive muy cerca o en Mollet), tuve que tomar clases particulares a otras horas. Robándolas al sueño, al fin de semana, etc.. Y la cosa empezó a funcionar. Lenta, pero segura...

Llegó el Campeonato por equipos de 2010 y ya fué algo mejor. Mejores partidas, mejores sensaciones y, por lo menos, menor sentido del ridículo. Llegó Sant Martí 2010, torneo internacional, y las partidas mejoraron (en general) y en Badalona, otro Open Internacional, pude jugar a un nivel mejor que el del año precedente. Eso sí, perdiendo posiciones que, en opinión de ajedrecistas de nivel (digamos con ELO superior a 2200, para entendernos), estaban "ganadas".

El primer hito, el síntoma de que mi ajedrez mejoraba, en Santa Eulàlia de Ronçana, en noviembre de 2010. En el (modesto) grupo B, con ELO limitado a 1850, conseguí un hito: 8,5 puntos de 9 posibles. Sólo haciendo tablas (trabajadísimas y complicadas) contra el que, a la postre, fué segundo clasificado. El ganar este torneo me dió moral, ya que era el primer torneo que ganaba a nivel absoluto.

En algunos torneos de ajedrez activo (15 minutos, más 5 segundos de incremento por jugada), empecé a conseguir algunos triunfos y en uno de ellos, diciembre de 2010, ganando a un rival de más de 2300 de ELO catalán (un MC, maestro catalán). Y jugando bien.
Luego, llego el Campeonato por Equipos. Por circunstancias (viaje a Miami y Caribe y noche de DJ) sólo pude jugar 6 rondas. Y no perdí ninguna. 4 victorias y 2 empates, uno contra un rival de ELO mayor de 2000. La moral seguía subiendo. Y seguía (y sigo) tomando clases y, a veces, haciendo caso al maestro. Otras veces me olvido, o de sus consejos o del orden de los movimientos en la apertura o defensa. No doy para más. No tengo más tiempo para estudiar.

Prefiero jugar por internet a 5 minutos en ICC. Es un vicio. Pero esa es otra historia. Jugar a ajedrez por internet a cualquier hora del día, en mi caso, de noche, es una droga (legal, bonita, pero droga...).

Organizamos un torneo en Mollet con ELO catalán limitado a 1999. Es un corte interesante, pues muchos jugadores de la "clase media" sufrimos en los torneos con ELO hasta 2000 FIDE (que en ELO catalán puede ser 2100 o 2200 incluso) y no pillamos premio y, además, recibimos.
El torneo se presentaba duro, y yo partía el 20 del ranking por ELO. Haciendo tablas en una mala partida inicial, luego me planté con 5,5 de 6 posibles, con 5 victorias consecutivas, alguna muy trabajada, alguna in-extremis y alguna un tanto brillante con sacrificio de pieza incluido.
Pero, ay!!, en las dos últimas rondas de las 8 que constaba el torneo, llegan 2 derrotas seguidas y de poder ser campeón en la penúltima ronda (ganando) o subcampeón en la última (haciendo tablas) quedo quinto. Esto, que 2 años atrás lo hubiera firmado SIN DUDAR (5º de 47 partiendo el 20 del ranking), me parecía un pequeño fracaso. Señal de que mi nivel de exigencia ha aumentado. No sé si es bueno o malo, pero es así.

Así, pues, encaro el verano, donde jugaré algunos torneos de ajedrez activo y rápidas, mi tercer Open Internacional de Sant Martí, el segundo Internacional de Badalona y, lo más excitante, mi hijo, que tiene muchos altibajos, pero cualidades sobradas (cuando quiere) ha jugado el Campeonato de España sub-12. Yo confío en él. Su maestro y otros compañeros también. Jugó un poco nervioso y con la presión de la competición de máximo nivel. Estoy seguro que puede jugar mejor, pero hizo 4 puntos de 9 posibles (4 victorias y 2 empates).A pesar de que hay jugadores mucho más experimentados y con muchos campeonatos a sus espaldas, estuvo bien.