21 octubre 2023

Crónica de mi visita a Terra (Fisterra) el 19 de agosto de 2023.

No soy crítico gastronómico, pero atesoro una larga trayectoria descubriendo y probando restaurantes por toda España.

Disfruto comiendo (y bebiendo) y disfruto cuando algo me sorprende, me impacta, me agrada o me provoca sensaciones y estímulos más allá de lo que hay en el plato. Es, por decirlo de alguna manera, ir “más allá de la comida”. He sentido eso muchas veces, por suerte, y en lugares muy distintos, pero no es tan fácil salir emocionado y “flotando” de un restaurante.

Y el sábado 19 de agosto, salí así de Fisterra, y deseando volver, y más de una vez. Gracias a un artículo en Gastroactitud de Julia Pérez Lozano y algunos tweets cruzados sobre una mesa que no se presentó el día 1 de agosto, decidí reservar aprovechando que iba a estar 4 días en Galicia, y a solo una hora de allí.

Me planté en Fisterra con tiempo para pasear por los alrededores y a las 14 horas en punto entraba en el pequeño y coqueto local. Como fuimos los primeros y Brais sabía de mi llegada por intercambio de tweets, estuvimos charlando antes de empezar el servicio. Una vez en la mesa, el atento sommelier, joven, pero sobradamente preparado como decía el anuncio, nos sirvió un espumoso de Albariño francamente especial.

Iniciamos el menú degustación sin prisa, pero sin pausa y fueron cayendo los pequeños bocados a modo de aperitivos y entrantes. Elegimos, o nos eligió el sommelier con muy buen criterio, un magnífico godello de Xose Luis Sebio (del que ya soy fan) de la zona de O Bolo, un Mais Ala, que acompañó magistralmente la comida de principio a fin. La sucesión y cadencia de platos fue correcta en ritmo, sin que se hiciese pesada la comida en duración (un problema de los menús degustación a veces) y con la atención justa del personal. Finalicé con una copa de un vino de postres extraordinario de Roberto Fuentes.

Terra es un local que dará (aún más) que hablar. Merece el desplazamiento expreso desde cualquier punto de Galicia, o de España (Europa o el mundo si me apuras). Su cocina es atrevida, innovadora, pero sin perder el norte (valga la expresión por su ubicación). Brais me contó que cocina por inspiración, según temporalidad de producto y según disponibilidad a pesar de la temporada. Con todo ello, ilusión, osadía, atrevimiento, pero respeto al producto y los sabores (ay, los sabores, como los trabajan en esta casa), conforma un menú degustación magnífico al que, quizás, le podemos poner la pega de que sea único y no haya otro más largo o distinto. Es cierto que la idiosincrasia del restaurante y su capacidad, quizá lo hagan difícil.

Podría decir muchas cosas más, pero me quedaré con que Terra es de los restaurantes que más me han gustado en mi vida y, eso, creo que es mucho decir con la lista de ilustres, y no tan ilustres, que he visitado en mis 56 años de vida. Aunque lo comentamos con Brais, y no sea su objetivo (al menos no lo dice fehacientemente), una estrella Michelin sería más que merecida.

Y, si no se la dan, peor para ellos. Terra merece una visita. Y más, si se puede.

COMIDA 9/10
BODEGA 9/10 
SALA 8,5/10
SERVICIO 8/10
RELACIÓN CALIDAD/PRECIO 9,5/10

PUNTUACIÓN MEDIA: 8,8

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